Apreciados Lectores, este es para mí es un ensayo que continuará en tanto lo soliciten. Se trata de una novela titulada como "EL ELEGIDO" y en este caso les estoy enviando el prólogo.
ELEGIDO ANTES DE NACER
PRÓLOGO
AÑO 3.000 DC.
La capa de ozono casi había desaparecido y las continuas explosiones solares eliminaban todo signo de vida. La tierra estaba cuarteada y solo pequeñas superficies del planeta mantenían restos habitables, pero estos inexorablemente se iban extinguiendo. La temperatura ambiente a las siete de la tarde oscilaba alrededor de los ochenta grados, y aun con un equipo adecuado era imposible estar expuesto por más de una hora sin sufrir daños irremediables. Él lo sabía, por eso observaba constantemente el puño de su perforadora iónica portátil, porque si éste cambiaba al color púrpura debería retirarse, pero antes de ese plazo esperaba ubicar las moléculas de hidrógeno compuesto que buscaba.
El indicador de profundidad ya señalaba los cien metros.
Su aspecto era extraño, y a pesar del pesado traje se podía advertir una extrema delgadez, sin embargo su tórax estaba expandido como el de un atleta y en él procesaba el escaso oxígeno que capturaban los filtros de su escafandra.
Repentinamente una sonrisa iluminó su semblante ya que había logrado su objetivo, y ahora quizás los sabios podrían sintetizar las moléculas obtenidas restableciendo el ecosistema y comenzando el cambio. Porque la alternativa propuesta era demasiado cruel.
En ese momento advirtió como el color púrpura invadía su equipo, la distancia a la base era de cincuenta kilómetros, pero eso no lo preocupaba ya que se transportaba mentalmente.
Transcurrieron varios milenios para que los seres humanos entendieran que la energía más poderosa se encontraba en sus cerebros. Y solo pasaron cinco segundos cuando él y su equipo se materializaron en la base.
Su asistente y amigo lo observaba interrogante mientras él se quitaba la escafandra.
Continuará...
Nota del autor:
Permanentemente destruimos nuestro hábitat y no queremos valorar las consecuencias. Nuestro egoísmo y ambición por lograr bienes que no disfrutamos, nos impide ver el sufrimiento y la desdicha de nuestros semejantes.
Solo utilizamos el diez por ciento de nuestra capacidad intelectual en banalidades y cada vez que evolucionamos materialmente retrocedemos como humanos. Sólo unos pocos dedicados a cultivar el espíritu aumentaron su potencial intelectual, pero lamentablemente no fueron escuchados.